martes, 15 de noviembre de 2011

Las personas en procesos de inserción social necesitan formación en ocio.

"¡Sonamos muchachos! ¡Resulta que si uno no se apura a cambiar el mundo, después es el mundo el que lo cambia a uno!" Mafalda

Tengo la percepción que cuando hablamos del arte, la cultura o el ocio nos referimos a su aspecto recreativo, a las actividades en si, dejando otra parte del proceso olvidada. Hablo de la formación, elemento clave para aquellas personas que están en procesos de inclusión e inserción social. No olvidemos que el ocio, además de estar basado en experiencias gratificantes y placenteras, también está basado en la libertad de elección y en la autonomía para desarrollarlas. Por estos últimos motivos es que la formación en ocio es necesaria y un gran apoyo para las personas en procesos de inclusión social.


No estoy hablando de formaciones regladas, largas o muy elaboradas sino de pequeñas píldoras formativas, muy concretas, concisas y directas que ayuden a las personas en procesos de inserción social a entender lo que es el ocio, a valorarlo, a conocer y practicar sus habilidades sociales, a saber dónde pueden encontrar agendas culturales, a través de que herramientas las pueden encontrar o revisar, cómo se leen las agendas culturales, como se hace una programación, el valor de la planificación, el uso del dinero y la importancia de disponer de cierto dinero para disfrutar del ocio… También se trata de ayudarles a descubrir cuales son sus gustos, sus hobbies, las actividades que disfrutan. Parte de nuestro error puede estar en dar por hecho que conocen todo esto. Es cierto que en algunos casos es así, pero en la mayoría es todo lo contrario. No saben muy bien por donde coger el tema del ocio, ni para qué les puede servir, ni como desarrollarlo, se sienten muy perdidos y su motivación suele ser baja.

Estas herramientas, estas destrezas, les van a permitir moverse con mayor libertad y ser más autónomos en lo referente al ocio, la cultura y el arte, saber dónde buscar, qué buscar, reducir esa sensación de sentirse perdidos... Estas pequeñas formaciones deben trabajar sobre el aburrimiento y la ansiedad que les produce, la posibilidad de equivocarse a la hora de elegir una actividad de ocio (no siempre acertamos) y la importancia de probar aquellas cosas que nunca hemos hecho, eliminando posibles prejuicios y dando la oportunidad a descubrir nuevas aficiones.

Mi impresión es que desde la educación social cuidamos muchos aspectos y tratamos de hacer un trabajo integral realmente valioso pero que en el plano del ocio y la cultura, nos quedamos algo cortos pensando que siendo temas muy importantes pueden ser fáciles de desarrollar. Mi experiencia me dice que sin estos apoyos formativos las posibilidades de éxito en este campo del ocio y la cultura se reducen con lo que dificultamos la incorporación e inclusión social de las personas que están en estos procesos.

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