lunes, 31 de octubre de 2011

La falta de ocio como elemento que puede generar exclusión social

"¿No será acaso que ésta vida moderna está teniendo más de moderna que de vida?" Mafalda

Entiendo que hablar del ocio, o mejor dicho, de la falta de oportunidades y vivencias de ocio, como uno de los causantes de la exclusión social puede sonar muy atrevido y bastante provocador. Justo ahora, con la crisis que estamos viviendo, no parece el acercamiento más apropiado, ni siquiera el más importante. Sin embargo yo estoy viviendo otras experiencias. Es cierto que cuando hablamos de exclusión nos referimos a un proceso dinámico, que cada vez afecta a más personas, que tiene tres patas: la económica, la social y la vital.


Yo no quiero hacer emerger una cuarta, puesto que podríamos incluir la relativa al ocio en la parte social o vital, pero si reparar en que la falta de oportunidades de ocio, culturales y de tiempo libre sanas, activas, entretenidas y divertidas puede favorecer la exclusión de las personas o dificultar la inclusión de aquellas que ya están excluidas. A esto debemos sumar una relación actual entre el ocio – cultura – tiempo libre y  negocio que provoca que las oportunidades para disfrutar de este tipo de actividades dependan demasiado de la economía de cada persona, de sus prioridades, de la educación recibida, o de lo mucho o poco que sabe de la cultura y el ocio. Es decir, el ocio ya no es accesible a todas y todos, le hemos quitado mucha parte de su importancia en nuestra vitalidad y en nuestro ser social para darle un gran valor empresarial y de negocio. Tampoco quiero decir con esto que la culpa de todo la tengan los empresarios. En realidad la culpa la tenemos nosotros mismos que hemos dejado de darle verdadera importancia y valor al ocio reduciendo mucho su incidencia sobre cada persona.

Mi experiencia me indica que la falta de oportunidades y vivencias de ocio pueden generar exclusión social debido a que muchos ámbitos de la vida de las personas se ven afectados, me refiero al ámbito personal y de bienestar, al acceso al conocimiento y al desarrollo de habilidades de diferente índole, al ámbito del encuentro, a la participación y a la visibilización, a la sensibilización y a la denuncia, a la expresión artística, al ámbito de la formación y la transformación. Necesitamos políticas de ocio que faciliten la accesibilidad a todas las personas, necesitamos espacios y alternativas de ocio integradoras, participativas, dinámicas, de calidad. Necesitamos recuperar el verdadero valor del ocio como experiencia gratificante, valiosa en si misma y elegida desde la libertad y eso requiere formación, que tenga espacio en los colegios y en las familias. Necesitamos facilitar las experiencias vitales y sociales positivas y gratificantes que conlleva el ocio como eje de transformación y de integración social. Pero, sobre todo, debemos impedir que la falta de oportunidades en torno al ocio facilite exclusión social.

El proyecto 'Playing for change' versiona el clásico de Ben E. King con músicos callejeros de todo el mundo: http://www.youtube.com/watch?v=qcLhEyGksZ0&feature=related

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